Toda acción representa una consecuencia para el planeta; la creación de las criptomonedas también conlleva una afectación importante para el universo.
Por más mínima e insignificante que parezca, cada una de nuestras acciones tiene consecuencias para con el medio ambiente. Por ejemplo, la acumulación que tienes en tu bandeja de entrada de correos electrónicos ya genera un impacto y no es menor. De acuerdo al International Workplace Group, el envío de e-mails contribuye a agregar más a las emisiones de carbono. Al ser enviados, los correos emiten una estimación baja de carbono, alrededor de 0.3 gramos de CO2 cada uno. Entonces, imagínate cuántas emisiones de carbono emitimos al día al enviar un mail.
Bueno, pues vamos a lo que nos compete. La llegada de las criptomonedas no sólo impactó al mundo de la economía, la política o la tecnología, sino también al medio ambiente. ¿Gastos energéticos? ¿Su alcance? ¿También emiten carbono? Ahí te va.
Criptomonedas y el impacto energético
Bitcoin, con trece años en el mercado, revolucionó no sólo la parte de la economía, al crear una moneda digital que estuviera descentralizada de la banca, sino que también impactó la política, hasta el punto de crear legislaciones para su uso. En el medio ambiente la cosa no fue tan diferente. Producir criptomonedas genera un gasto energético considerable, tan es así que en marzo del año pasado, el consumo de energía mundial de la red bitcoin se estimó en 149 teravatios-hora. De acuerdo a medios como Ovacen, la única manera de producir criptomonedas es a través de los mineros, encargados de producir el código hash, usando un software para sortear problemas criptográficos.
“La dependencia energética para producir monedas afecta directamente al medio ambiente y al ecosistema eléctrico tradicional; la huella de carbono de la minería de bitcoin al año sobrepasa las 17 mil kilotoneladas de dióxido de carbono”, revelo un análisis realizado por la Universidad de Cambridge. El gasto eléctrico en minería de bitcoin supera al de países como Dinamarca, Bulgaria y Bielorrusia y supone más del 25 por ciento del consumo de energía de Holanda, el 15 por ciento de Australia y el 10 por ciento de Reino Unido”, refiere la investigación.
Si las criptomonedas fueran un país…
Un informe de la Agencia Internacional de Energía ubica a las criptomonedas como uno de los negocios que consume más electricidad a nivel mundial e infieren que si todas esas criptomonedas fueran un país, estarían ubicados en el lugar 41 de la clasificación de naciones que más consumen electricidad de manera anual, por debajo de países como Chile, Austria o Filipinas. En algunas ciudades del mundo, por ejemplo, la fiebre por las criptomonedas provocó que se aumentara en un 30 por ciento el uso de electricidad, pues se eleva la cantidad de corriente eléctrica que se necesita para el minado de estas criptodivisas.
¿Hay algo positivo?
A diferencia del dinero impreso, que necesita papel o tinta para su fabricación, las criptomonedas son dinero digital que no necesita de la tala de árboles o la extracción de metales, aunque esto no exime a las criptomonedas como bitcoin, a consumir más energía en un año que Argentina u Holanda. Como lo mencionamos al inicio de este artículo, toda acción tiene sus consecuencias y sí, el impacto que se tiene en el medio ambiente al producir criptomonedas, también está contribuyendo al deterioro de manera extrema.
